Amigos...

 Hoy dedico este espacio a todos los que con los brazos y el corazón abiertos han acogido a Lazooleeta haciéndola suya...

Les escribo desde ese rincón del alma poblado de danzarines descalzos, de cientos y millones de flautitas del mundo, de arañitas multicolores, de aromas de incienso, deditos, delantales, ventanitas y espejos, para decir "gracias" por las hermosas y oportunas palabras de aliento, por la tierna y conmovedora paciencia que ha viajado a través de estos largos silencios...

"Gracias" por recordarme que la vida es como un río, por celebrarme aún cuando no encontraba en mí la habilidad para materializar mis metas, mis sueños y mis esperanzas, por recordarme que esas metas, esos sueños y esas esperanzas seguían siendo posibles sólo porque en un lugar -ni tan lejano- alguien más tenía fe en mí, alguien cuyo amor podía responder a las interrogantes que ni mi alma, ni mi corazón, sabían cómo preguntar.

Dejo para ustedes este inmenso amor y mi sincera gratitud por regalarme la hermosa dicha de saberlos en el mundo...