Anoche, desde mi soledad, volví a contemplar aquellos Cayos que como menudos trozos de recuerdo flotaron ligeramente en el mar de mi nostalgia...
Mis ansias fueron ventoleras que viajaron bajo un cielo de piel y espíritus errantes anhelando encontrar un Escalofrío a la deriva, buscando recoger señales, palabras y vestigios que me ayudaran a invocar y a comprender el amor...
Para dar vida a esta historia, un pompón de espuma y sal, un puñado de islotes y una luna desnuda, se unen a esos sentires "innombrables" que se presintieron entre fogatas, guitarras y canciones, a las guirnaldas de jovencillos semi desnudos que a orillas del mar, se amaron bajo la noche por vez primera, a esas barcas que inadvertidamente encallaron en nuestros corazones regalándonos una calidez que revivió hasta el furor perfumado de nuestras tímidas axilas, a los cientos de millones de perlitas que titilando en la distancia, nos recordaron tiernamente que el amor siempre está a la espera...
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